Al Primavera Sound se puede ir para ver el concierto de Rosalía y se puede salir conociendo la realidad de los menores migrantes en España. Desde hace varios años, el festival va más allá de su naturaleza cultural y trata de concienciar mostrando las realidades ocultas de las ciudades donde se celebra, como Barcelona, hasta ahora, y, este año, también Madrid. Lo hace de distintas maneras, pero siempre a través de la música. Una de ellas es convertir al festival, un evento de afluencia masiva, en un altavoz de los problemas sociales, como la desigualdad o inclusividad. Otra: servirse de la música para desarrollar actividades en colegios e institutos que sirvan para abrir a los estudiantes nuevas opciones, como aprender a crear un podcast u organizar un festival. O una tercera: organizar audiciones compartidas entre artistas y jóvenes para ver qué conversaciones propician esas escuchas.

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Alfonso Lanza (43 años), director del festival, explica que el Primavera Sound, ha querido estar desde el principio “conectado a las ciudades que lo acoge”: “Creemos que no somos una atracción turística, sino un evento cultural. Y toda cultura, cuanto más local, más universal, que no es lo mismo que internacional. Universal significa que los valores o el atractivo del festival los entiende y disfruta tanto alguien que venga de cualquier parte del planeta, como el que vive justo a dos calles del recinto”.

Visibilizar lo invisible

La cara b de las ciudades, repleta de realidades al margen, es uno de esos temas locales y a su vez universales a los que no quieren dar la espalda los organizadores del festival, uno de las pocos que cuenta con una fundación de carácter social. Ramón Garriga (46 años), director de la Fundació Primavera Sound, explica el proyecto de sensibilización Ciudades Invisibles: “Aprovechamos el amplificador del festival para lanzar mensajes sociales. ¡Tener a tanta gente junta en un espacio delimitado es una oportunidad que no podemos desaprovechar! Cada año vamos a presentar a un colectivo conviviente en las ciudades que como sociedad tendemos a invisibilizar”.

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